Palabras de Mario Guevara
El único periodista detenido por ICE en suelo estadounidense envía una carta a The Bitter Southerner.
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Este es el desgarrador relato de Mario Guevara sobre lo que le ha sucedido mientras estaba detenido desde su arresto el 14 de junio.
Septiembre 19, 2025
PARTE 1
La tarde del sábado 14 de junio de 2025 mi vida cambió por completo. Justo cuando me encontraba hacienda una cobertura periodística de costumbre fui arrestado por la policía en el estado de Georgia. Cubría una protesta en contra del Gobierno Federal por las continuas redadas y arrestos de inmigrantes cuando una pareja de policías locales me detuvieron junto a una veintena de personas más, todos ellos ciudadanos estadounidenses. Fui la única excepción, pues apenas cuento con un permiso de trabajo, no la ciudadanía. Ese fue el comienzo de mi peor pesadilla.
Fui trasladado a la cárcel del condado de DeKalb en donde de inmediato me colocaron un hold de ICE. Dos días después, un par de agentes de inmigración llegaron por mí. Me trasladaron en un vehículo Dodge Charger hacia la cárcel de Folkston.
Sin ninguna justificación ICE dio la orden de ponerme en “admin segregation” (segregación administrativa). Me metieron en una pequeña celda donde durante 72 días, solo me dejaban salir durante 2 horas diariamente a respirar aire fresco y ver la luz del sol, pero desde dentro de una jaula en el patio trasero de la unidad.
Aunque la celda contaba con una ventana, tenía un tipo de polarizado que no me permitía ver hacia afuera. Eso sí, la luz blanca en el cielo del “cuarto” permanecía prendida las 24 horas.
En las primeras dos semanas mi sueño se trastornó por completo. Comencé a tener pesadillas de que autoridades me perseguían y disparaban y que allanaban mi casa y arrestaban a toda mi familia.
PARTE 2
Pero no todo fue malo esos días. Recibí la noticia de que los cargos en mi contra de cuando fui detenido habían sido desestimados.
Lamentablemente, casi de manera inmediata se me informó de que otra localidad había decidido abrir un caso en mi contra por infracciones de tránsito. Me presentaron 3 acusaciones viales y emitieron órdenes de arresto hacia mi persona.
Luego supe que ICE había estado detrás de todo eso para usarlo en mi contra en la audiencia de fianza.
Ante el juez federal, Inmigración me acusó de haber obstruido operaciones encubiertas, todo con tal de dilatar mi proceso y extender mi estadía tras las rejas, y así fue. Yo gané fianza, pero ICE evitó a toda costa mi liberación.
El 3 de julio, dos agentes del Sheriff de Gwinnett fueron por mí a Folkston. Me leyeron dos cargos de tránsito en mi contra y me informaron que iba a ser transferido a Gwinnett County Jail y que si pagaba casi 4,000 mil dólares de fianza por los cargos, me iban a poner de inmediato en libertad.
Le avisé a mi familia y se fueron a Gwinnett Jail para pagar el monto requerido.
Cuando ya nos faltaban dos horas para llegar a Gwinnett, los agentes se detuvieron y revisaron mis cosas. Entonces me confiscaron mis dos teléfonos celulares.
PARTE 3
A llegar a la cárcel me ficharon y una vez más, me prometieron que podía pagar la fianza para ser procesado y liberado de inmediato.
Mis hermanos y mis hijos pagaron la fianza por mis cargos de tránsito, y entonces supe de la trampa.
Dos agentes de ICE salieron de una pequeña oficina y me volvieron a esposar de pies y manos.
De ahí fui traslado a la cárcel de la localidad de Floyd donde me recluyeron con la populación general. Dormíamos 6 personas en una misma celda de 4 camas. Me tocó en el suelo durante 3 noches.
De ahí no tengo mucho que contar, pues creo que todo fue relativamente normal. Hasta se me hizo que todos los detenidos recibíamos un trato relativamente justo.
De donde si tengo mucho que contar es de la prisión federal de Atlanta, a donde ICE me trasladó el lunes 7 de julio.
El reclusorio no solo es viejo, feo y tenebroso, sino que también está diseñado para volver loca a la gente.
Conmigo casi lo logran. Tenía dos horas apenas de haber ingresado cuando ya me estaban extorsionando.
Un grupo de varios sujetos no inmigrantes me tomaron fotos y cobraron 60 dólares por día para no lastimarme. Todo por ser alguien reconocido afuera.
La mayoría de los hispanos amigablemente acercaron a mí para saludarme y contarme sus historias. Me delataron sin querer.
Los pagos los hizo mi familia por medio de transferencias electrónicas.
PARTE 4
Fueron tres días muy duros. No comí nada y me la pasé con fuertes dolores de cabeza. Tenía miedo que me fueran a asesinar y causar más sufrimiento a mi familia.
Gracias a Dios mis abogados fueron informados sobre lo que me pasaba y lograron convencer al gobierno de que me transfiera a otro centro de detención.
Me regresaron a Folkston y otra vez me volvieron a meter en una celda de castigo, de confinamiento.
Al volver a Folkston comencé de nuevo a tener pesadillas. El encierro y la soledad me causó varios ataques de pánico y el temor me invadía constantemente.
Las semanas siguientes perdí el apetito nuevamente y mi estado de ánimo era muy bajo.
Tuve que conversar en tres ocasiones con la psicóloga de la cárcel, quien me dio un poco de consuelo.
Llegamos a la conclusión de que estaba cayendo en depresión por estar continuamente pensando y creyendo de que algo malo, y peor de lo que estaba pasando me esperaba. Me negué a ver un psiquiatra, tampoco quise aceptar medicamentos de dormir.
La fe en Dios y ver el gran respaldo de mi familia, amigos y muchos miembros de mi comunidad Latina, me levantaron los ánimos y poco a poco recuperé las ganas de seguir viviendo y luchando.
Han pasado más de tres meses desde mi encarcelamiento, y puedo decir que no ha sido nada fácil.
PARTE 5
Muchas veces me despierto enojado, otras muy triste o frustrado. Extraño a mis seres queridos y añora la libertad más que nunca.
No sé porque ICE me quiere seguir tratando como un criminal. Me duele saber que se me ha negado todo privilegio y el derecho de ser libre cuando nunca he cometido ningún crimen.
Toda esta situación me tiene devastado aun, y no solo moralmente, sino también económicamente pues soy el sustento para el hogar.
Desde mi arresto he perdido docenas de miles de dólares y mi compañía, el canal de noticias MGNews está al borde de la quiebra.
Pero me toca seguir siendo fuerte y confiando en que a Estados Unidos aún le queda algo de pulcritud y pudor y que al final la justicia prevalecerá.
Espero que eso sea pronto, porque para mí, cada día es como una semana.
Ojala pronto todas mis lágrimas y las de mi familia sean enjugadas y podamos gozar y reír victoriosos como antes hacíamos, juntos y en absoluta libertad.
— Mario Guevara
Dibujos por Mario Guevara
DESCRIPTIÓN GENERAL DEL CASO LEGAL
Guevara fue arrestado por la policía local en el condado de DeKalb el 14 de junio de 2025, mientras informaba sobre una protesta contra la administración Trump. Posteriormente fue transferido a la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. el 18 de junio de 2025. En una audiencia de fianza ante un juez de inmigración el 1 de julio de 2025, el gobierno afirmó que Guevara representaba un peligro para la comunidad debido a sus informes. El juez de inmigración rechazó ese argumento y otorgó una fianza.
Después de rechazar los esfuerzos de la familia y el abogado de Guevara para pagar la fianza y liberarlo, el 3 de julio de 2025, el gobierno presentó simultáneamente una moción de emergencia para una suspensión discrecional de la orden de fianza y una apelación de la orden ante la Junta de Apelaciones de Inmigración. Al argumentar a favor de una suspensión y revocación de la orden de fianza, el gobierno afirmó repetidamente que Guevara representa un peligro para la comunidad porque filma y registra las acciones policiales y comparte sus informes con el público. La Junta de Apelaciones de Inmigración otorgó la suspensión de la orden de fianza el 7 de julio de 2025.
Desde el 10 de julio de 2025, todos los cargos penales pendientes contra Guevara han sido desestimados, pero permanece detenido. Guevara no ha cometido ningún delito, no tenía antecedentes penales antes de su arresto el 14 de junio de 2025 y no tiene cargos penales pendientes en su contra ahora.
El 20 de agosto de 2025, el equipo legal de Guevara presentó una petición de hábeas corpus en un tribunal federal de Georgia afirmando que su detención continúa violando la Primera Enmienda, y el 21 de agosto presentó una moción de emergencia para solicitar su liberación inmediata. Al momento de publicar esta historia, el tribunal federal aún no se ha pronunciado sobre la moción, y el Sr. Guevara continúa detenido por ICE.
Presentaciones en casos legales disponibles aquí: https://www.aclu.org/cases/guevara-v-francis
El equipo legal de Guevara incluye a la ACLU; ACLU de Georgia; la Clínica de la Primera Enmienda de la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgia; Garland, Samuel y Loeb, P.C.; y Diaz & Gaeta Law, LLC
Mario Guevara es un periodista de habla hispana que ha residido en el área metropolitana de Atlanta durante 21 años. En su país natal, El Salvador, trabajó como fotoperiodista para La Prensa Gráfica, uno de los dos periódicos nacionales más grandes. Huyendo de la violencia y el acoso a causa de su trabajo, ingresó legalmente a los Estados Unidos en 2004. Aquí, se convirtió en un reportero muy respetado del Mundo Hispánico, el periódico en español más grande de Georgia. Fue nominado para un premio Emmy Regional del Sureste en 2023, 2021 y 2019, ganando el Emmy en 2021 por sus reportajes. En 2021 y 2022, fue reconocido por la Cámara de Comercio Hispana de Georgia como uno de los 50 latinos más influyentes de Georgia ("Latinos Más Influyentes en Georgia"). En 2019, sus reportajes fueron el tema de un documental del New York Times titulado Boca del Lobo. En 2024, Guevara lanzó su propia organización de noticias digitales, MGNews, que es una fuente vital de información para la comunidad hispana en Atlanta, así como para las personas dentro y fuera del estado de Georgia.
Guevara vive en Lilburn, Georgia, en el condado de Gwinnett, con su esposa y sus tres hijos, dos de los cuales son ciudadanos estadounidenses y uno de los cuales es beneficiario de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia ("DACA"). Su madre, hermano y hermana son ciudadanos estadounidenses. Su hermano es un veterano militar de EE.UU. que sirvió en Afganistán. Guevara tiene autorización de trabajo, un número de seguro social y paga impuestos. Es elegible para la residencia permanente legal.