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Puede que mis antepasados estén retorciéndose en sus tumbas por mis adaptaciones a la receta, pero mi perspectiva es que las recetas son historias acerca de donde estamos y no reglas estrictas de como debiéramos ser. Mi tamal es un híbrido, hecho con ingredientes de fácil acceso para una alumna de posgrado y con pasos que respetuosamente esquivan los procesos arduos y demandantes que suelen acompañar una preparación “tradicional” de tamales. El olor de chile poblano tostado es una puerta que abre hacia mis memorias de cocinas decoradas con azulejos en México y los trae a mi hogar en Nashville, aunque sea solo por un momento breve.


21 de julio, 2020

Utensilios:

  • Olla grande para hervir

  • Vaporera o colador de metal que quepa dentro de la olla

  • Tazón grande para mezclar la masa

  • Cuchillo para cortar los ingredientes del relleno 

Ingredientes:

Masa
6 tazas de Maseca (harina de maíz)
1 ¼ cucharadas de sal
1 cucharada de polvo para hornear (royal)
1 ¼ tazas de manteca (animal o vegetal)
8 ½ tazas de caldo (de verduras, pollo o puerco) 

Relleno:
4-5 chiles poblanos
1 cebolla blanca
1 bolsa de queso blanco para derretir (La tienda K&S International Market tiene queso para pupusas, pero funciona igual de bien el parmesano rallado)

Envoltura:
1 bolsa de hojas de maíz


Paso 1: Prepara las hojas

Remoja las hojas de maíz en un tazón grande u olla para suavizarlas. Déjalas reposar toda la noche. Una hora antes de empezar el siguiente paso, vacía el agua y déjalas escurrir.

Paso 2: Prepara la masa

Mezcla la maseca, sal, polvo para hornear, manteca y caldo hasta obtener una consistencia esponjosa.

Paso 3: Prepara el relleno

Quema los chiles hasta quedar completamente chamuscados por fuera. He probado diferentes estrategias dependiendo de los recursos del departamento donde vivía en ese momento: asados en el horno (no salen muy bien), acomodados directamente encima de la flama de una estufa de gas (la mejor opción) o extendidos sobre un comal o plancha. Déjalos quemarse hasta que a la piel le salgan ampollitas.

Coloca los chiles calientes dentro de una vieja bolsa de plástico para sudarlos. La combinación de calor y condensación hará que sea más fácil quitarles la piel quemada, permitiendo quedarnos con la pulpa verde de sabor ahumado.

Ya que se hayan enfriado los chiles lo suficiente para trabajar con ellos, empieza a retirar la piel, las semillas y las venas. Puedes pasarlos por debajo de un chorro de agua tibia para quitar todos los residuos.

Corta los chiles en tiras.

Corta la cebolla en tiras.

Sofríe los chiles y la cebolla con un poco de aceite vegetal hasta que quede la cebolla traslúcida.

Paso 4: Arma tu tamal

Toma una hoja de maíz y pálpalo para descubrir el lado más liso. Toma una cucharada grande de masa, ponlo en lado liso de la hoja y extiéndelo a lo largo del centro de la hoja hasta quedar con un grosor de aproximadamente ¼ de pulgada (½ centímetro). Deja un poco de espacio en las orillas de la hoja.

Toma la cantidad deseada de queso, chile poblano y cebolla y coloca los ingredientes en el centro de la masa.

Dobla los lados laterales de la hoja hacia adentro hasta que se solapen, haciendo que la masa envuelva el contenido. Dobla las partes de arriba y abajo de la hoja hacia adentro para hacer un paquetito de tamal. Amárralo en el centro con un poco de hilo o una tira de hoja de maíz para asegurar que no se salga el contenido.

Acomoda los paquetes de tamal en la vaporera con las puntas hacia arriba. Si los acomodas apretadamente, ya no se caerán de lado y así aseguras que no se salga nada de masa o relleno.

Paso 5: Cuece al vapor

Echa 2 tazas de agua a la olla, coloca encima la vaporera con los tamales y tápalo bien.

Dependiendo de lo apretados que están los tamales y la cantidad que estés haciendo, cuécelos a fuego medio por 40-60 minutos. Revísalos frecuentemente mientras están en la lumbre para asegurarte de que no se ha evaporado toda el agua.

Sabrás que los tamales están listos cuando su aroma llena la casa y la hoja de maíz se despega fácilmente de la masa firme.

Paso 6: ¡COME!

La mejor manera de disfrutar tu tamal es acompañado de ritmos de salsa y una buena compañía. Ahorita, en tiempos de COVID, puedes dejar un paquete sorpresa en la puerta de la casa de algún amigo y consumirlos juntos durante una videoconferencia.